Estoy en mi cafetería de confianza. Esa donde el café no sabe a torrefacto. Escucho hablar inglés y francés a mi alrededor. Observo las mesas. Apenas hay gente local. Pienso en la última noticia del barrio (cierran la panadería). Y entonces el pan ya no será pan y nosotras seremos un mero decorado de una ciudad que ya no nos pertenece. Mientras escribo esto unas guiris me han preguntado si pueden separar las dos mesas. He asentido con la cabeza con cierta desgana y sin mediar palabra. El camarero les ha reñido y les ha dicho que esperen como todo el mundo, please. Luego han vuelto a insistir en que si podían esperar pero sentadas en la mesa sin separarla. (Pero bueno señora, suélteme el brazo!!!)
Qué irónica esta imagen que acaba de suceder justo ahora.
Se harán con todo y nosotras nos tendremos que ir a otro sitio*.
*Ya no solo a tomar café sino a construir un proyecto de vida donde podamos vivir dignamente.
Para escuchar: