Escribe Elena Medel que el poeta Jaime Gil de Biedma, tras un día de oficina, se sentaba a teclear lo primero que se le ocurría. A estos ejercicios les llamaba ‘Magma’ y fueron el borrador (el punto de partida, que diría la Jurado) de algunos de sus poemas más famosos. Magma me parece un buen nombre para designar aquello que viene de adentro. Todos esos pensamientos que circulan en mil direcciones son plasmados en el papel y quizás, luego se transformen en otra cosa (como el magma en lava). Tenía un compañero que quería ser vulcanólogo pero la verdad es que no sé si habrá acabado en un trabajo tan curioso como ese. ¿Qué habrá sido de él?
Ahora mis sienes arden ante este calor insoportable que me impide pensar bien. Siento que cada año el planeta es más irrespirable. Más hostil. Colisión inminente. Colapso asegurado.
Ayer mientras Nancy Pelosi aterrizaba en Taiwán aumentando la tensión entre China y Estados Unidos, me encontraba haciendo pimientos rellenos. La verdad es que me hizo gracia. Si el fin del mundo llegara, nos pillaría haciendo cualquier cosa. Quizás cagando, o en un atasco o esperando a que tu amiga, la que siempre llega tarde, acuda al bar donde habéis quedado. Y justo entonces, mientras metía los cuatro pimientos rojos en el horno precalentado durante 10 minutos a 200 grados, una pregunta pasó por mi mente:
¿Estás contenta con lo que tienes?
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